¿Cómo se elaboran y aprueban?
La confección de los PGE es el resultado de un proceso largo en el que la negociación es la clave. El Gobierno se encarga de elaborarlos y los presenta a las Cortes Generales, donde se debaten, se incluyen enmiendas y se aprueban. Estos son los pasos que se siguen:
1. Redacción. El Ministerio de Hacienda prepara un anteproyecto, que gira en torno a las prioridades que considera el Ejecutivo.
2. Debate y negociación. Una vez listo el documento, se envía a las Cortes Generales antes del 1 de octubre de cada año. Por ejemplo, los presupuestos de 2023 comenzaron a prepararse a finales de 2022. En ese momento, los grupos políticos representados en las Cortes proponen enmiendas y modificaciones.
3. Aprobación. Tras los debates, pueden darse dos posibilidades: que el texto se apruebe o se rechace. En el primer caso, el presupuesto se convierte en ley y se publica en el Boletín Oficial del Estado. En el segundo, si la situación persiste hasta el día uno del siguiente ejercicio económico, se prorrogarán las cuentas anteriores.
4. Ejecución. Una vez en vigor, se aplican a lo largo del año fiscal siguiente, siempre siguiendo la distribución de partidas establecida.
5. Seguimiento y control. Es una tarea que tiene como finalidad garantizar que los presupuestos se ejecutan de forma eficiente y de acuerdo con lo planificado.
¿Qué son las partidas presupuestarias?
Se trata de las diferentes áreas y programas que reciben los recursos de los presupuestos. Su asignación depende, en gran medida, de las prioridades y necesidades que el Gobierno considere. Por tanto, en función del partido o coalición que esté en el poder, pueden variar de manera significativa. En cualquier caso, se siguen varias etapas para su elaboración:
1. Análisis de las necesidades. Se estudia la situación del país en áreas como educación, salud, infraestructuras y defensa para determinar las carencias que pudieran existir.
2. Asignación de medios. Se estipulan recursos dependiendo de las necesidades detectadas, así como los objetivos estatales. Por ejemplo, si existe una alta demanda de construcción de carreteras, la partida destinada a infraestructuras tendrá mayor dotación que otras menos prioritarias.
¿Cómo serán los presupuestos generales del Estado de 2024?
Los PGE aún no se han aprobado por las particularidades del 2023. Al haberse realizado elecciones generales en julio, la formación del Gobierno se alargó hasta noviembre. Por tanto, se ha tenido que efectuar una prórroga, algo que se produce de manera automática si se llega al uno de enero del siguiente año sin unas nuevas cuentas.
Sin embargo, se conocen las medidas para los futuros PGE que ya ha elaborado el Ejecutivo de coalición. Su objetivo es el de mantener las políticas sociales, pero sin renunciar a la reducción del déficit público. En concreto, desde el 3,9 % del PIB previsto para 2023 hasta el 3 % para 2024.
Para garantizar los fondos, el Gobierno, según las últimas previsiones de Hacienda, contará con la ayuda de unos ingresos impositivos que en 2024 crecerán en un 9 % respecto a los del año 2023.
¿Cuándo se van a aprobar?
Debes saber que aún no existe una fecha. Aunque el pasado 12 de diciembre el Consejo de Ministros aprobó los objetivos de estabilidad para las Administraciones públicas, el Senado los rechazó. Tras esto, la intención del Gobierno es aprobar la ley de los PGE durante el primer semestre del 2024. Además, es importante destacar que este año se reactivarán las reglas fiscales europeas, lo que quizás lleve a que los Estados miembros apliquen cierta austeridad.
De hecho, se ha vuelto a aprobar el límite de gasto no financiero, que ya se eleva a 199 120 millones de euros. Eso sí, se han incluido los fondos europeos en las cuentas y un déficit estimado del 3 % durante este año para el conjunto de las Administraciones.
¿Puede una familia replicar los PGE en su hogar?
En términos generales, nada te impide confeccionar unos presupuestos. Es una práctica muy recomendable que te ayudará a ahorrar y a planificar tu economía doméstica. Además, si sigues el modelo de los PGE, podrás prever mejor en qué gastas tu dinero, así como crear diferentes partidas para priorizar la asignación de recursos.
Tener un presupuesto implica para las familias:
1. Crear una serie de objetivos financieros. Se pueden establecer a largo plazo y dependen de tus necesidades. Algunos ejemplos son ahorrar para la educación de tus hijos, comprar una casa o jubilarte de una forma cómoda.
2. Revisar los ingresos y los gastos. Conocer ambos te da una visión clara y precisa de cuánto dinero tiene la familia. Así, te costará menos asignar recursos a cada partida.
3. Priorizar. No todos los gastos son iguales, lo que exige tener que ordenarlos en función de su importancia. Los primeros son los esenciales (suministros de la vivienda, alimentación, educación...), luego es recomendable establecer una cantidad para imprevistos y en último lugar encontrarías el ocio.
4. Coherencia en el plan. Una vez establecido el presupuesto y atribuidas las partidas, hay que mantener la disciplina. Es decir, tienes que controlar los gastos, aumentar el ahorro e ir ajustando en función de las necesidades.
5. Revisar y ajustar de manera periódica. Debes supervisar la evolución de la situación financiera de la familia y hacer los cambios necesarios. Al fin y al cabo, las circunstancias a las que estás sujeto, como las económicas y las personales, van cambiando con el tiempo. Por tanto, hay que ir adaptándose en la medida de lo posible.
¿Y para las empresas?
En el caso de las compañías, la elaboración de unos presupuestos es un proceso delicado y que exige precisión. Pero aquí cuentas con dos ventajas que podemos proporcionarte para que esta gestión sea más fácil: la banca digital de Ruralvía y el apoyo de Caja Rural Sur. Si deseas más información, contacta con nosotros.
Los presupuestos generales del Estado (PGE) son una herramienta fundamental para la gestión económica y financiera del país. Esto se debe a que son ellos los que determinan la asignación de los recursos estatales. Además, muestran las políticas y prioridades del Gobierno en una amplia variedad de asuntos, desde impuestos, hasta los gastos públicos.